sábado, 6 de junio de 2015


MENORCA, EQUILIBRIO NATURAL




La isla de Menorca convive en plena harmonía con la naturaleza. De hecho, la UNESCO le otorgó el título de Reserva de la Biosfera en 1.993 por mantener un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de un entorno y de una naturaleza privilegiada. La más septentrional de las Baleares es, además, un auténtico museo al aire libre, al contar con 1.500 yacimientos arqueológicos de primer nivel, por el que acaba de ser seleccionada como candidatura de España a Patrimonio de la Humanidad por su cultura talayótica, única en el mundo.
Menorca es la más tranquila de las Islas Baleares, y en la que se vive a otro ritmo. Se podría decir que aquí nació el Slow como filosofía de vida... Seguramente por su aire limpio, por su temperatura (que en verano no sobrepasa los 30ºC de media); seguramente por su mar. Porque Menorca vive el Mediterráneo por sus cuatro costados: desde las 70 fabulosas playas de su costa, hasta las costumbres de su gente, pasando por su rica gastronomía marinera. Y ahora que se acerca el verano, Menorca vive un mar idóneo para navegar, bañarse o practicar cualquiera de las actividades que se ofrecen al visitante.
Hablar de Menorca es hacerlo también de una historia intensa, al ser una isla codiciada durante siglos por diversas civilizaciones y nacionalidades, con un pasado británico en el siglo XVIII que dejó una huella todavía hoy visible en la isla.
Dicen que Menorca es la isla encantada por esa historia, por su paisaje, su mar... Dicen que Menorca es la isla que encanta y atrapa a sus visitantes.
 

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